Vinya
Los paisajes de Gandesa están hechos, desde tiempos inmemoriales, de viñedos y olivos. Sus frutos, la uva y la aceituna, son los dos pilares sobre los que descansa nuestra milenaria cultura mediterránea. La altitud, el suelo, el clima, la viña, los olivos, y los métodos de cosecha y producción hacen que nuestros vinos y aceites sean únicos: potentes, viriles y de considerable estructura.
La fertilidad de los suelos vitícolas de la Terra Alta oscila entre baja y moderada. Los suelos de cultivo son en general de texturas medias, con buen drenaje, de profundidad variable, ricos en rocas calizas y pobres en materia orgánica. De los 17 perfiles de suelo que encontramos en la Terra Alta, destacan los suelos de Panal. Este es de fácil cultivo, bien drenado, pobre en materia orgánica y muy apreciado por la viticultura de la zona.
Los campos de viña de la Cooperativa de Gandesa están rodeados de las cordilleras de Pàndols, Cavalls y de Els Ports d’Horta de Sant Joan, donde destacan las Rocas de Benet. El relieve geográfico de la zona propicia el cultivo de la vid en terrazas, planes o bancales.
La altitud de nuestras viñas y olivos oscila entre los 350 y los 550 metros, influyendo directamente en la maduración del fruto. Las partidas más tempranas son las situadas a 350 metros de altura sobre el nivel del mar, como los Endoménech, el Coll de Batea o las Sendrosa. En cambio, la partida más tardía es las Sierras situada entre 500 y 550 metros.
La climatología de la Terra Alta es mediterránea, pero con fuerte influencia continental, con oscilaciones térmicas entre los 6 ° C bajo cero y los 38 ° C. La pluviometría es escasa, 350-450 mm anuales. Otro hecho que caracteriza nuestro clima es la presencia alternada de dos vientos que aportan personalidad a nuestros vinos: el cierzo (norte oeste) y la garbinada (sur).
La Cooperativa se abastece de 317 hectáreas de viñedos jóvenes, de mediana edad y en menor cantidad de viñas viejas de más de 50 años. Las variedades tradicionales típicas cultivadas por los socios de la cooperativa son: Garnacha Blanca, Macabeo, Garnacha Tinta, Garnacha Peluda, Cariñena y Morenillo. En cambio, también se trabaja con variedades internacionales como: Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Syrah.
La personalidad del aceite de la Terra Alta viene determinada por su variedad principal, Empeltre, variedad autóctona y tradicionalmente cultivada en la zona, caracterizada por su elevado contenido graso y la excelente calidad de sus aceites. Es una variedad perfectamente adaptada a suelos pobres, y resistente a la sequía y al frío. La otra variedad que encontramos es la Arbequina, idónea para el coupage con la variedad Empeltre que nos aporta un aceite más afrutado con toques de amargo que combinan con la dulzura de la variedad Empeltre.
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